El BOOM latinoamericano

El boom (o el BUM) latinoamericano

Si bien puede reconocerse su origen a fines de la década del 20, el realismo mágico tiene su esplendor en América Latina en los años sesenta del siglo XX. Esta década marcó un hito en la historia de la narrativa latinoamericana. Durante ese período se escribieron algunas de las novelas más importantes de la lengua española. Este notable fenómeno fue denominado el boom latinoamericano, y fue un acontecimiento cultural. Un grupo de escritores consiguió darle a la literatura de nuestro continente una visibilidad y un lugar que nunca antes había tenido: se convirtieron en best sellers, comenzaron a ser traducidos a otros idiomas y a ser considerados por la crítica y la teoría literaria internacional.

En líneas generales, este grupo de artistas se propuso la misión de describir las características que convierten a América en un territorio único. Según Carlos Fuentes, la tarea consistía en: “contribuir con la tarea interminable de darle un nombre a América”.

Las preguntas de las que parten son:
1. ¿Cuáles son las características peculiares de nuestro continente?
2. ¿Existe una identidad compartida por los pueblos que lo habitan?
La respuesta es positiva, y esa identidad parece surgir como resultado de los procesos de conquista y colonización que vivió nuestro continente. El contraste de cosmovisiones, el choque cultural entre los conquistadores y los conquistados, conformó nuestra peculiar identidad. Podríamos decir que toda la historia latinoamericana, en esta visión, es la lucha entre estas dos concepciones del mundo, radicalmente opuestas: la del conquistador y la del conquistado.
El pasado épico (el de la resistencia indígena, que opera como sustancia mítica) y el presente de los conquistadores y sus herederos coexisten y se integran en los relatos literarios para así poder dar cuenta de nuestra identidad.

Es difícil encuadrar en una sola línea las novelas y cuentos de los escritores que protagonizaron el “boom”. La crítica, para referirse a las líneas estéticas de la literatura de esta época, suele hablar de “realismo mágico”. Lo cierto es que en esta vasta producción se perciben dos límites genéricos extremos: uno, involucrado de manera más profunda con la cultura , los mitos y la historia latinoamericanos (como Juan Rulfo y Gabriel García Márquez); y otro, más universal y cosmopolita (ejemplos son Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Adolfo Bioy Casares).

Con respecto a la primera línea estética, podremos ver especialmente algunas características latinoamericanas en sus textos:

  • La naturaleza latinoamericana: es excesiva, exuberante e indómita, como una fuerza misteriosa y omnipresente.
  • La historia latinoamericana, con sus problemáticas políticas (dictaduras, desigualdades). Los escenarios latinoamericanos exhiben los niveles mas crudos de pobreza y marginalidad social.
  • El imaginario colectivo latinoamericano (la idiosincrasia del pueblo latinoamericano), que como producto de la mezcla entre las culturas indígenas y la española, acepta el “milagro” como moneda corriente.

Las formas del discurso

¿Qué son las formas del discurso?

De acuerdo con nuestra intención comunicativa, el mensaje que deseamos transmitir en un texto puede adoptar distintos modos de organización interna. Estas son las formas del
discurso:

  • Narración: se relatan hechos reales o ficticios, protagonizados por personajes y dispuestos
    en un tiempo y un espacio.
  • Descripción: se presentan las características de seres, objetos, lugares y fenómenos reales o
    ficticios para que el destinatario pueda imaginarlos.
  • Diálogo: se intercambia información entre dos o más interlocutores que alternan el turno de habla.
  • Exposición: se explican ordenadamente ideas o conceptos complejos con la intención de que el destinatario aumente su conocimiento sobre el tema.
  • Argumentación: se expresa y fundamenta una opinión intentando convencer al destinatario.

Estudiaremos especialmente la narración y la descripción:

Las formas del discurso