Pensar la literatura argentina: primer trabajo escrito del año

Consigna de trabajo: 

A partir de la lectura del cuento “Casa tomada” de Julio Cortázar y de una de sus clases impartidas en la universidad de Berkeley, y tomando en consideración su biografía, escribir un ensayo argumentativo que permita sostener alguna de las siguientes hipótesis:

  • “Casa tomada”, cuento escrito por Julio Cortázar, es un texto que participa de la literatura argentina.
  • Julio Cortázar puede ser considerado como un modelo del escritor argentino e incluso del escritor latinoamericano.

Para resolver las consignas, deben tener en cuenta:

Las actividades realizadas sobre el cuento «Casa tomada», y el cuadro sobre la literatura argentina que elaboramos entre todos.

PRIMER TRIMESTRE: PENSAR LA LITERATURA ARGENTINA

UN TEXTO DE LITERATURA ARGENTINA

 

UN TEXTO DE LITERATURA ARGENTINA

CASA TOMADA, JULIO CORTÁZAR

Nos gustaba la casa porque aparte de espaciosa y antigua (hoy que las casas antiguas sucumben a la más ventajosa liquidación de sus materiales) guardaba los recuerdos de nuestros bisabuelos, el abuelo paterno, nuestros padres y toda la infancia.

Nos habituamos Irene y yo a persistir solos en ella, lo que era una locura pues en esa casa podían vivir ocho personas sin estorbarse. Hacíamos la limpieza por la mañana, levantándonos a las siete, y a eso de las once yo le dejaba a Irene las últimas habitaciones por repasar y me iba a la cocina. Almorzábamos al mediodía, siempre puntuales; ya no quedaba nada por hacer fuera de unos platos sucios. Nos resultaba grato almorzar pensando en la casa profunda y silenciosa y cómo nos bastábamos para mantenerla limpia. A veces llegábamos a creer que era ella la que no nos dejó casarnos. Irene rechazó dos pretendientes sin mayor motivo, a mí se me murió María Esther antes que llegáramos a comprometernos. Entramos en los cuarenta años con la inexpresada idea de que el nuestro, simple y silencioso matrimonio de hermanos, era necesaria clausura de la genealogía asentada por nuestros bisabuelos en nuestra casa. Nos moriríamos allí algún día, vagos y esquivos primos se quedarían con la casa y la echarían al suelo para enriquecerse con el terreno y los ladrillos; o mejor, nosotros mismos la voltearíamos justicieramente antes de que fuese demasiado tarde.

Irene era una chica nacida para no molestar a nadie. Aparte de su actividad matinal se pasaba el resto del día tejiendo en el sofá de su dormitorio. No sé por qué tejía tanto, yo creo que las mujeres tejen cuando han encontrado en esa labor el gran pretexto para no hacer nada. Irene no era así, tejía cosas siempre necesarias, tricotas para el invierno, medias para mí, mañanitas y chalecos para ella. A veces tejía un chaleco y después lo destejía en un momento porque algo no le agradaba; era gracioso ver en la canastilla el montón de lana encrespada resistiéndose a perder su forma de algunas horas. Los sábados iba yo al centro a comprarle lana; Irene tenía fe en mi gusto, se complacía con los colores y nunca tuve que devolver madejas. Yo aprovechaba esas salidas para dar una vuelta por las librerías y preguntar vanamente si había novedades en literatura francesa. Desde 1939 no llegaba nada valioso a la Argentina.

Pero es de la casa que me interesa hablar, de la casa y de Irene, porque yo no tengo importancia. Me pregunto qué hubiera hecho Irene sin el tejido. Uno puede releer un libro, pero cuando un pullover está terminado no se puede repetirlo sin escándalo. Un día encontré el cajón de abajo de la cómoda de alcanfor lleno de pañoletas blancas, verdes, lila. Estaban con naftalina, apiladas como en una mercería; no tuve valor para preguntarle a Irene qué pensaba hacer con ellas. No necesitábamos ganarnos la vida, todos los meses llegaba plata de los campos y el dinero aumentaba. Pero a Irene solamente la entretenía el tejido, mostraba una destreza maravillosa y a mí se me iban las horas viéndole las manos como erizos plateados, agujas yendo y viniendo y una o dos canastillas en el suelo donde se agitaban constantemente los ovillos. Era hermoso.

Cómo no acordarme de la distribución de la casa. El comedor, una sala con gobelinos, la biblioteca y tres dormitorios grandes quedaban en la parte más retirada, la que mira hacia Rodríguez Peña. Solamente un pasillo con su maciza puerta de roble aislaba esa parte del ala delantera donde había un baño, la cocina, nuestros dormitorios y el living central, al cual comunicaban los dormitorios y el pasillo. Se entraba a la casa por un zaguán con mayólica, y la puerta cancel daba al living. De manera que uno entraba por el zaguán, abría la cancel y pasaba al living; tenía a los lados las puertas de nuestros dormitorios, y al frente el pasillo que conducía a la parte más retirada; avanzando por el pasillo se franqueaba la puerta de roble y mas allá empezaba el otro lado de la casa, o bien se podía girar a la izquierda justamente antes de la puerta y seguir por un pasillo más estrecho que llevaba a la cocina y el baño. Cuando la puerta estaba abierta advertía uno que la casa era muy grande; si no, daba la impresión de un departamento de los que se edifican ahora, apenas para moverse; Irene y yo vivíamos siempre en esta parte de la casa, casi nunca íbamos más allá de la puerta de roble, salvo para hacer la limpieza, pues es increíble cómo se junta tierra en los muebles. Buenos Aires será una ciudad limpia, pero eso lo debe a sus habitantes y no a otra cosa. Hay demasiada tierra en el aire, apenas sopla una ráfaga se palpa el polvo en los mármoles de las consolas y entre los rombos de las carpetas de macramé; da trabajo sacarlo bien con plumero, vuela y se suspende en el aire, un momento después se deposita de nuevo en los muebles y los pianos.

Lo recordaré siempre con claridad porque fue simple y sin circunstancias inútiles. Irene estaba tejiendo en su dormitorio, eran las ocho de la noche y de repente se me ocurrió poner al fuego la pavita del mate. Fui por el pasillo hasta enfrentar la entornada puerta de roble, y daba la vuelta al codo que llevaba a la cocina cuando escuché algo en el comedor o en la biblioteca. El sonido venía impreciso y sordo, como un volcarse de silla sobre la alfombra o un ahogado susurro de conversación. También lo oí, al mismo tiempo o un segundo después, en el fondo del pasillo que traía desde aquellas piezas hasta la puerta. Me tiré contra la pared antes de que fuera demasiado tarde, la cerré de golpe apoyando el cuerpo; felizmente la llave estaba puesta de nuestro lado y además corrí el gran cerrojo para más seguridad.

Fui a la cocina, calenté la pavita, y cuando estuve de vuelta con la bandeja del mate le dije a Irene:

-Tuve que cerrar la puerta del pasillo. Han tomado parte del fondo.

Dejó caer el tejido y me miró con sus graves ojos cansados.

-¿Estás seguro?

Asentí.

-Entonces -dijo recogiendo las agujas- tendremos que vivir en este lado.

Yo cebaba el mate con mucho cuidado, pero ella tardó un rato en reanudar su labor. Me acuerdo que me tejía un chaleco gris; a mí me gustaba ese chaleco.

Los primeros días nos pareció penoso porque ambos habíamos dejado en la parte tomada muchas cosas que queríamos. Mis libros de literatura francesa, por ejemplo, estaban todos en la biblioteca. Irene pensó en una botella de Hesperidina de muchos años. Con frecuencia (pero esto solamente sucedió los primeros días) cerrábamos algún cajón de las cómodas y nos mirábamos con tristeza.

-No está aquí.

Y era una cosa más de todo lo que habíamos perdido al otro lado de la casa.

Pero también tuvimos ventajas. La limpieza se simplificó tanto que aun levantándose tardísimo, a las nueve y media por ejemplo, no daban las once y ya estábamos de brazos cruzados. Irene se acostumbró a ir conmigo a la cocina y ayudarme a preparar el almuerzo. Lo pensamos bien, y se decidió esto: mientras yo preparaba el almuerzo, Irene cocinaría platos para comer fríos de noche. Nos alegramos porque siempre resultaba molesto tener que abandonar los dormitorios al atardecer y ponerse a cocinar. Ahora nos bastaba con la mesa en el dormitorio de Irene y las fuentes de comida fiambre.

Irene estaba contenta porque le quedaba más tiempo para tejer. Yo andaba un poco perdido a causa de los libros, pero por no afligir a mi hermana me puse a revisar la colección de estampillas de papá, y eso me sirvió para matar el tiempo. Nos divertíamos mucho, cada uno en sus cosas, casi siempre reunidos en el dormitorio de Irene que era más cómodo. A veces Irene decía:

-Fijate este punto que se me ha ocurrido. ¿No da un dibujo de trébol?

Un rato después era yo el que le ponía ante los ojos un cuadradito de papel para que viese el mérito de algún sello de Eupen y Malmédy. Estábamos bien, y poco a poco empezábamos a no pensar. Se puede vivir sin pensar.

(Cuando Irene soñaba en alta voz yo me desvelaba en seguida. Nunca pude habituarme a esa voz de estatua o papagayo, voz que viene de los sueños y no de la garganta. Irene decía que mis sueños consistían en grandes sacudones que a veces hacían caer el cobertor. Nuestros dormitorios tenían el living de por medio, pero de noche se escuchaba cualquier cosa en la casa. Nos oíamos respirar, toser, presentíamos el ademán que conduce a la llave del velador, los mutuos y frecuentes insomnios.

Aparte de eso todo estaba callado en la casa. De día eran los rumores domésticos, el roce metálico de las agujas de tejer, un crujido al pasar las hojas del álbum filatélico. La puerta de roble, creo haberlo dicho, era maciza. En la cocina y el baño, que quedaban tocando la parte tomada, nos poníamos a hablar en voz más alta o Irene cantaba canciones de cuna. En una cocina hay demasiados ruidos de loza y vidrios para que otros sonidos irrumpan en ella. Muy pocas veces permitíamos allí el silencio, pero cuando tornábamos a los dormitorios y al living, entonces la casa se ponía callada y a media luz, hasta pisábamos despacio para no molestarnos. Yo creo que era por eso que de noche, cuando Irene empezaba a soñar en alta voz, me desvelaba en seguida.)

Es casi repetir lo mismo salvo las consecuencias. De noche siento sed, y antes de acostarnos le dije a Irene que iba hasta la cocina a servirme un vaso de agua. Desde la puerta del dormitorio (ella tejía) oí ruido en la cocina; tal vez en la cocina o tal vez en el baño porque el codo del pasillo apagaba el sonido. A Irene le llamó la atención mi brusca manera de detenerme, y vino a mi lado sin decir palabra. Nos quedamos escuchando los ruidos, notando claramente que eran de este lado de la puerta de roble, en la cocina y el baño, o en el pasillo mismo donde empezaba el codo casi al lado nuestro.

No nos miramos siquiera. Apreté el brazo de Irene y la hice correr conmigo hasta la puerta cancel, sin volvernos hacia atrás. Los ruidos se oían más fuerte pero siempre sordos, a espaldas nuestras. Cerré de un golpe la cancel y nos quedamos en el zaguán. Ahora no se oía nada.

-Han tomado esta parte -dijo Irene. El tejido le colgaba de las manos y las hebras iban hasta la cancel y se perdían debajo. Cuando vio que los ovillos habían quedado del otro lado, soltó el tejido sin mirarlo.

-¿Tuviste tiempo de traer alguna cosa? -le pregunté inútilmente.

-No, nada.

Estábamos con lo puesto. Me acordé de los quince mil pesos en el armario de mi dormitorio. Ya era tarde ahora.

Como me quedaba el reloj pulsera, vi que eran las once de la noche. Rodeé con mi brazo la cintura de Irene (yo creo que ella estaba llorando) y salimos así a la calle. Antes de alejarnos tuve lástima, cerré bien la puerta de entrada y tiré la llave a la alcantarilla. No fuese que a algún pobre diablo se le ocurriera robar y se metiera en la casa, a esa hora y con la casa tomada.

CONSIGNA DE TRABAJO: a partir de las ideas elaboradas durante la última clase y sintetizadas en un cuadro publicado en la entrada anterior, considerar por qué este texto participa de la literatura argentina. 

PRIMER TRIMESTRE: PENSAR LA LITERATURA ARGENTINA

Durante este primer trimestre del año 2019 vamos a organizar nuestro estudio en torno a una pregunta:

¿Cómo se define la literatura argentina?

Para empezar, ¿tienen alguna respuesta posible?

¿Qué hace que un texto pertenezca al universo de la literatura argentina?, ¿cuándo podemos decir que un autor escribe literatura argentina?, ¿qué separa a la literatura argentina, qué la hace única?

  1. En forma individual, responder las preguntas.
  2. Entre todos, conversaremos sobre las respuestas de cada uno.

COMO RESULTADO DE LA CONVERSADO EN CLASE, ENTRE TODOS ARMAMOS UN CUADRO: CUADRO LA LITERATURA ARGENTINA

El BOOM latinoamericano

El boom (o el BUM) latinoamericano

Si bien puede reconocerse su origen a fines de la década del 20, el realismo mágico tiene su esplendor en América Latina en los años sesenta del siglo XX. Esta década marcó un hito en la historia de la narrativa latinoamericana. Durante ese período se escribieron algunas de las novelas más importantes de la lengua española. Este notable fenómeno fue denominado el boom latinoamericano, y fue un acontecimiento cultural. Un grupo de escritores consiguió darle a la literatura de nuestro continente una visibilidad y un lugar que nunca antes había tenido: se convirtieron en best sellers, comenzaron a ser traducidos a otros idiomas y a ser considerados por la crítica y la teoría literaria internacional.

En líneas generales, este grupo de artistas se propuso la misión de describir las características que convierten a América en un territorio único. Según Carlos Fuentes, la tarea consistía en: “contribuir con la tarea interminable de darle un nombre a América”.

Las preguntas de las que parten son:
1. ¿Cuáles son las características peculiares de nuestro continente?
2. ¿Existe una identidad compartida por los pueblos que lo habitan?
La respuesta es positiva, y esa identidad parece surgir como resultado de los procesos de conquista y colonización que vivió nuestro continente. El contraste de cosmovisiones, el choque cultural entre los conquistadores y los conquistados, conformó nuestra peculiar identidad. Podríamos decir que toda la historia latinoamericana, en esta visión, es la lucha entre estas dos concepciones del mundo, radicalmente opuestas: la del conquistador y la del conquistado.
El pasado épico (el de la resistencia indígena, que opera como sustancia mítica) y el presente de los conquistadores y sus herederos coexisten y se integran en los relatos literarios para así poder dar cuenta de nuestra identidad.

Es difícil encuadrar en una sola línea las novelas y cuentos de los escritores que protagonizaron el “boom”. La crítica, para referirse a las líneas estéticas de la literatura de esta época, suele hablar de “realismo mágico”. Lo cierto es que en esta vasta producción se perciben dos límites genéricos extremos: uno, involucrado de manera más profunda con la cultura , los mitos y la historia latinoamericanos (como Juan Rulfo y Gabriel García Márquez); y otro, más universal y cosmopolita (ejemplos son Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Adolfo Bioy Casares).

Con respecto a la primera línea estética, podremos ver especialmente algunas características latinoamericanas en sus textos:

  • La naturaleza latinoamericana: es excesiva, exuberante e indómita, como una fuerza misteriosa y omnipresente.
  • La historia latinoamericana, con sus problemáticas políticas (dictaduras, desigualdades). Los escenarios latinoamericanos exhiben los niveles mas crudos de pobreza y marginalidad social.
  • El imaginario colectivo latinoamericano (la idiosincrasia del pueblo latinoamericano), que como producto de la mezcla entre las culturas indígenas y la española, acepta el “milagro” como moneda corriente.

Temas para el trimestral de Literatura

 

Lecturas: 

– Selección de el Martín Fierro

– Cuentos de Borges: Biografía de Tadeo Isidoro Cruz, El fin, El sur, El evangelio segun Marcos, Historia de Rosendo Juárez.

 

Teoría Literaria: 

– La gauchesca (gauchesca tradicional en relación al Martín Fierro, contexto de escritura del libro, contexto de surgimiento del género, desviaciones de Borges en sus cuentos gauchescos).

– El destino en los textos de Borges (en relación a conceptos como: laberinto, círculo, espejo, doble, epifanía).

– El género fantástico  (en relación a la lectura del cuento El sur)

 

El ensayo: 

– cómo escribir un ensayo argumentativo. Estructura del ensayo, citas. Análisis textual.

 

Temas para el miércoles 7/5

TEMAS:

Borges y el destino (epifanía, laberinto, espejo, doble, círculo, identidad).

Borges y la gauchesca (análisis de las características de la gauchesca en los cuentos de Borges)

El fantástico en Borges (a partir de la lectura de «el sur»)

LECTURAS:

Biografía de Tadeo Isidoro Cruz

El fin

El sur

El evangelio según Marcos

ENTRADAS QUE PUEDEN AYUDAR:

Trabajo realizado en grupos sobre Borges y el destino

Apuntes sobre los cuentos leídos en clase

Conceptos de gauchesca

 

TP GRUPAL: Borges y el destino

TRABAJO PARA REALIZAR EN GRUPOS Y PARA COMPARTIR ENTRE TODOS EN UN DOC:

CONSIGNA: a cada grupo se le asignará uno de los conceptos presentes en los textos de Borges y trabajados en clase. También recibirán la cita de uno de los cuentos.
Los alumnos tendrán que explicar de qué se trata ese concepto y cómo se hace presente en la cita propuesta.
Luego, considerarán si el cuento analizado a partir de la cita dada presenta otras citas interesantes para dar cuenta del tema tratado. En ese caso, las citas se incluirán y se explicará su importancia.
Para finalizar, los alumnos revisarán los 3 cuentos restantes. Analizarán de qué manera se presenta el concepto en cada uno de los textos y lo explicarán detenidamente. Buscarán citas pertinentes para justificar sus afirmaciones.
¡Mucha suerte!

GRUPO 1
CONCEPTO DE BORGES:
LABERINTO
—Por lo menos a mí —dijo el forastero y añadió como si pensara en voz alta—: Mi destino ha querido que yo matara y ahora, otra vez, me pone el cuchillo en la mano.

RESPUESTA GRUPO 1

GRUPO 2
CONCEPTO DE BORGES:
CÍRCULO
También se le ocurrió que los hombres, a lo largo del tiempo, han repetido siempre dos historias: la de un bajel perdido que busca por los mares mediterráneos una isla querida, y la de un dios que se hace crucificar en el Gólgota.

RESPUESTA GRUPO 2

GRUPO 3
CONCEPTO DE BORGES:
DOBLE Y EPIFANÍA
Comprendió que un destino no es mejor que otro, pero que todo hombre debe acatar el que lleva adentro. Comprendió que las jinetas y el uniforme ya lo estorbaban. Comprendió su íntimo destino de lobo, no de perro gregario; comprendió que el otro era él.

RESPUESTA GRUPO 3

GRUPO 4
CONCEPTO DE BORGES
IDENTIDAD
El hombre que desembarcó en Buenos Aires en 1871 se llamaba Johannes Dahlmann y era pastor de la Iglesia evangélica; en 1939, uno de sus nietos, Juan Dahlmann, era secretario de una biblioteca municipal en la calle Córdoba y se sentía hondamente argentino. Su abuelo materno había sido aquel Francisco Flores, del 2 de infantería de línea, que murió en la frontera de Buenos Aires, lanceado por indios de Catriel: en la discordia de sus dos linajes, Juan Dahlmann (tal vez a impulso de la sangre germánica) eligió el de ese antepasado romántico, o de muerte romántica.

RESPUESTA GRUPO 4

 

Cuentos de Jorge Luis Borges

 

A PARTIR DE LA LECTURA DE «EL FIN», CONSIGNA DE ESCRITURA CREATIVA:

SE DEBE ELEGIR UNA DE LAS DOS CONSIGNAS

  1. Inventar un final alternativo para el héroe del texto de José Hernández en la que se presente una idea de destino distinta a la propuesta por Borges en «El fin».
  2. Teniendo en cuenta la idea de destino circular, escribir un cuento en el que se relate «el fin» del moreno.

SOBRE EN CUENTO EL SUR

 

El Martín Fierro y… luz, cámara ¡acción!

Para concluir nuestro trabajo con el Martín Fierro vamos a realizar un proyecto grupal. Vamos a llevar el Martín Fierro del texto a la pantalla.

CONSIGNAS:

  1. Armar grupos de 6 personas
  2. Elegir una de las siguientes escenas para trabajar: a. la detención de Martín Fierro b. pela con la partida e intervención de Cruz c. El duelo de guitarras d. Las consejos de Martín Fierro.
  3. Elaborar el guión cinematográfico de la escena. IMPORTANTE: este trabajo tendrá que presentarse y será evaluado.
  4. Representar el guión. Los alumnos cumplirán roles puntuales (actor, camarógrafo, director, escenógrafo, encargado de vestuario), esto aparecerá consignado en los créditos de la película. Por falta de recursos, los alumnos podrán cumplir más de un rol. Pueden tener actores invitados. IMPORTANTE: este trabajo también se presentará y será evaluado.

 

 

CÓMO ESCRIBIR UN GUIÓN CINEMATOGRÁFICO

El guión literario

En el guión literario narraremos la historia con el detalle suficiente y en el formato adecuado para que pueda ser llevada a la pantalla sin problemas. La narración deberá ser audiovisual, es decir, todo lo que contemos, por más que lo hagamos en texto, tendrá que resultar visible o audible. Eso sí, en ningún momento daremos indicaciones técnicas para la realización de la película (tamaños de plano, encuadres, movimientos de cámara, etc.). De eso ya se encargará el director de la película cuando escriba el guión técnico.

 

Elemento 1: encabezado de escena

El encabezado da información sobre dónde y cuándo transcurre la acción que tiene lugar en esa escena. Consta de tres partes:

1. La abreviatura «INT.» o «EXT.», que indica si la acción transcurre en interiores (espacios cerrados) o exteriores (espacios abiertos).

2. El lugar concreto en el que transcurre la acción (por ejemplo, «PARQUE DE LA CIUDAD» o «COMISARÍA DE POLICÍA / DESPACHO DEL COMISARIO PÉREZ»).

3. La palabra «DÍA» o «NOCHE» o cualquier otra que queramos usar para indicar el momento del día.

Ejemplo:

INT. PISO COMPARTIDO / COMEDOR - DÍA 

 

Elemento 2: descripción de la acción

En uno o más párrafos describiremos, de forma concisa, la acción que tiene lugar en la escena. Lo haremos en tercera persona, con los verbos en presente y, muy importante, de manera que lo que narremos resulte visible y/o audible. La primera vez que aparezca el nombre de un personaje en el guión lo escribiremos en mayúsculas y aprovecharemos para poner su edad justo a continuación, entre paréntesis. Las descripciones de aquellos sonidos y/u objetos que tengan relevancia en la historia las escribiremos también en mayúsculas.

Ejemplo:

INT. PISO COMPARTIDO / COMEDOR - DÍA 

Nos encontramos en un piso. La puerta principal se abre y entra RUBÉN (22) con su carpeta de estudiante bajo el brazo. En el comedor está GUILLERMO (23), sentado frente a una mesa, enfrascado en lo que parecen EXPERIMENTOS DE QUÍMICA: en la mesa hay tubos de ensayo, probetas, etc. 

 

Elemento 3: diálogo

En uno o más párrafos mostraremos las palabras que pronuncien los personajes. Cada párrafo de diálogo lo precederemos del nombre del personaje correspondiente, en mayúsculas. Para informar de cualquier gesto importante que el personaje haga mientras habla o del tono con el que hable, emplearemos una acotación, que escribiremos justo bajo el encabezado, entre paréntesis (también la podemos poner insertada en el parlamento).

Ejemplo:

INT. PISO COMPARTIDO / COMEDOR - DÍA 

Nos encontramos en un piso. La puerta principal se abre y entra RUBÉN (22) con su carpeta de estudiante bajo el brazo. En el comedor está GUILLERMO (23), sentado frente a una mesa, enfrascado en lo que parecen EXPERIMENTOS DE QUÍMICA. En la mesa hay tubos de ensayo, probetas, etc.

RUBÉN

¡Hey!

 

GUILLERMO

(sin girarse)

Mira, no te pierdas esto.

 

Rubén se acerca a mirar. Guillermo echa unas gotas en un tubo de ensayo. Sale un poco de humo.

 

GUILLERMO

¿Has visto? Reacciona bien… ¡Ajá!

 

RUBÉN

Vale, pero como no me digas qué es…

La vuelta de Martín Fierro

Consignas para analizar el texto:

Canto XXIX

Explicar la siguiente afirmación: La literatura gauchesca supone, antes que la imitación de la poesía gaucha, una apropiación de algunas de sus características para su utilización con fines específicos.

Canto XXXII

Los consejos de Martín Fierro.

  1. ¿Qué idea presenta Martín Fierro respecto de la sabiduría? ¿cómo puede alcanzarse? ¿qué valor tiene? Justificá con citas pertinentes.
  1. A partir de los consejos, se puede ver cómo Martín Fierro se arrepiente de algunas de sus acciones. Opiná y justificá con una cita.
  1. Lea atentamente la siguiente cita:

Bien lo pasa hasta entre Pampas

el que respeta a la gente;

el hombre ha de ser prudente

para librarse de enojos;

cauteloso entre los flojos,

moderado entre valientes.

¿Creés que estos consejos que propone el Fierro de “La vuelta…” se oponen al comportamiento del Fierro de “El gaucho…”? ¿Por qué?

  1. Cuando escribe La vuelta de Martín Fierro, José Hernández se encuentra reinsertado en la vida política del país. Por lo tanto, los fines de este libro difieren mucho de aquellos propios de El gacho Martín Fierro. Ahora, mediante la escritura José Hernández pretende colaborar con el objetivo de lograr una conciliación social.

Buscar entre los consejos que Fierro da a sus hijos aquellos que los incitan a ser “buenos ciudadanos”.