CONTENIDOS GENERALES DE SINTAXIS: REVISAMOS EN GRUPO

Como pasa con cualquier disciplina de carácter acumulativo, estudiar sintaxis implica ir acomodando un conocimiento sobre el otro. Necesitamos conocer bien los contenidos básicos de sintaxis, para poder aprender nuevos (más complejos). Para entender la estructura de nuestra lengua, necesitamos ir de lo más simple a lo más complejo, sin dejar nada por el camino.

Por eso, antes de comenzar con nuevos contenidos, vamos a volver sobre los pilares.

A continuación podrán encontrar un apunte de la clase en la que revisamos los contenidos básicos:

CONTENIDOS GENERALES DE SINTAXIS

Si bien lo estudiamos a modo de clase magistral, lo hicimos muy rápidamente. Por eso, para apropiarnos bien de la base de la sintaxis, vamos a llevar adelante una dinámica de grupos.

Cada una de las mesas del curso se especializará en un aspecto:

  • El sujeto (SES, SEC, ST)
  • Modificadores del sujeto (MD, MI, APO)
  • El predicado (PVS, PVC)
  • Modificadores del predicado (Cto CIRC, CIRC)
  • Modificadores del predicado (OD, OI)

El grupo recibirá un corpus con oraciones, y tendrá que abocarse a revisar el tema correspondiente.

CORPUS DE ORACIONES PARA REVISAR EN GRUPO DE EXPERTOS

Luego, nos organizaremos en nuevos grupos. Estos grupos tendrán un experto de cada tema. Juntos, analizarán nuevamente el corpus de oraciones y recibirán un nuevo corpus para trabajar.

CORPUS DE ORACIONES PARA PRACTICAR

La última parte de esta actividad será un examen individual. El grupo que obtenga el mejor promedio ganará un punto extra para cada uno de sus integrantes.

Las formas del discurso: una introducción a nuestro programa

Como ustedes saben, nuestra materia es Lengua y Literatura. Se trata de una asignatura muy amplia, que puede abracar un sinnúmero de contenidos y diversos temas. Por eso, antes de empezar, tenemos que delimitar el contenido de nuestro curso…

Para hacerlo, existe un programa del curso. Se trata de una selección de temas que se organizan alrededor de un eje.

Entonces… ¿Qué vamos a estudiar este año?

El programa para este 2020 está organizado en torno a Las formas del discurso. Trataremos de aprender cuáles son, qué características tiene, en qué textos se presentan y cómo se mezclan unas con otras. Estudiaremos textos que involucren diferentes formas del discurso para identificarlas, y trataremos de apropiarnos de ellas al escribir nuestros propios textos. Será nuestro tema principal, del cual se desprenderán otros.

El primer objetivo de nuestro curso será, entonces, entender qué son las formas del discurso. Este tendrá que ser, necesariamente, nuestro punto de partida.

 

LAS FORMAS DEL DISCURSO: QUÉ Y CUÁLES.

De acuerdo con nuestra intención comunicativa, el mensaje que deseamos transmitir en un texto puede adoptar distintos modos de organización interna. Estas son las formas del discurso: Narración, descripción, diálogo, explicación, argumentación. Usualmente, en los textos que leemos o escribimos, empleamos formas del discurso diferentes, pero siempre una de ellas resulta dominante.

 

NUESTRO PROGRAMA

Cada trimestre abordaremos una o dos formas del discurso, para estudiarlas con mayor profundidad.

1er trimestre: Narración y exposición.

2do trimestre: Descripción.

3er trimestre: Diálogo y argumentación.

 

¡Bienvenido 2020!

Bienvenido 2do año del Colegio Las Cumbres a un nuevo curso de Lengua y Literatura

Después de todo un verano de descanso, ponerse en marcha puede costar un poco… por eso vamos a comenzar el año con una «entrada en calor», como si fuese un entrenamiento deportivo.

Nuestra primera actividad del año será práctica; un ejercicio de escritura sencillo, pero que nos va a servir para entrar en ritmo.

Consigna de trabajo:

  1. Escribir un relato en el que se cuente algún episodio vivido durante las vacaciones. Puede tratarse de un episodio llamativo, digno de mención, o puede tratarse de un episodio cotidiano, de lo más ordinario. Lo importante es que se presente de manera narrativa. ¡Atención! Hay que tener en cuenta que no se está pidiendo que se relate lo que se hizo en las vacaciones. La idea no es presentar una crónica de viajes, ni un recuento de paseos. Tienen que elegir algún episodio concreto, y narrarlo.

 

Vamos a un ejemplo:

Era temprano. Serían las 9 de la mañana, no más tarde que eso. La niña tenía hambre, y por eso tuve que abandonar el cómodo sillón en el que me había acomodado a mirar el noticiero. Una noticia sobre el clima quedó por la mitad, y yo ya no pude saber si aquel día llovería hacia el final de la tarde.

Me levanté despacio, porque estaba de vacaciones y podía perder el tiempo. Pero los bramidos de la pequeña aceleraron mi ritmo y, de pronto, ya estaba en la cocina. Abrí la heladera y tomé el agua (Glaciar, baja en sodio). Luego vertí exactamente 120 mililitros en la pequeña mamadera de plástico. La llevé al microondas y programé el equipo para que la calentara durante tan solo treinta segundos.

Treinta segundos son muy poco tiempo, y sin embargo el tiempo muerto entre tarea y tarea me invitó a la reflexión. Pensé en que era muy conveniente vivir en este milenio, y disponer de electrodomésticos como el microondas, que facilitan la vida. Mi madre me calentaba la leche al fuego, y seguramente debía dedicar muchos más minutos de su día a la simple tarea de darme de comer… ¿o acaso mi madre tenía microondas, y era mi abuela la desdichada que no podía disfrutar de esta ayuda doméstica?

El bip bip biiiiiip del microondas me sacó del ensimismamiento en el que había caído rápidamente y supe que era hora de completar mi tarea. Extraje la mamadera con agua y la posicioné junto a la lata de leche maternizada. Abrí el plateado producto y, en su tapa azul, encontré la cucharita que servía, además, como medida. Está siempre en la tapa; quienes elaboran el producto lo pensaron así, para que no se pierda. Una cucharada, dos cucharadas, tres y cuatro. Una por cada 30 mililitros de agua. Luego tapé la mamadera con su correspondiente tapa rosca y, con una mano, la batí.

Las partículas de la leche en polvo se fueron mezclando con el agua, una por una. Una por una, es verdad, pero tan rápidamente que en pocos instantes la leche estaba lista.

Pronto regrese al living, donde mi niña me esperaba ansiosa. En la tele había reaparecido el hombre que, en el noticiero de la mañana, informa sobre el tiempo. Esa tarde no llovería.

 

Para la segunda parte del trabajo, vamos a introducir una problemática con la que vamos a trabajar durante todo el trimestre.

¿Cómo interviene lo sobrenatural en la literatura?

A partir de esta pregunta, trabajaremos con la segunda consigna.

Consigna:

  1. Pensar un evento sobrenatural que pueda intervenir en el relato.

¿Cómo? De la manera que se les ocurra ¿Qué elemento? Sean creativos.

Es posible que tengan la mente en blanco, es posible que después de las vacaciones sientan que no se acuerdan cómo hacían para resolver las consignas de clase tan rápidamente. Es posible que añoren la tranquilidad de enero…

En ese caso, les propongo una solución. Cambien su relato con el de un compañero, lean el relato amigo, y luego discutan entre los dos qué evento sobrenatural podría intervenir en cada caso. Luego del intercambio de ideas, vuelvan cada uno a su trabajo y escriban… esta parte es individual.

 

Acá va mi ejemplo:

PROBLEMAS DE VERANO

Era temprano. Serían las 9 de la mañana, no más tarde que eso. La niña tenía hambre, y por eso tuve que abandonar el cómodo sillón en el que me había acomodado a mirar el noticiero. Una noticia sobre el clima quedó por la mitad, y yo ya no pude saber si aquel día llovería hacia el final de la tarde.
Me levanté despacio, porque estaba de vacaciones y podía perder el tiempo. Pero los bramidos de la pequeña aceleraron mi ritmo y, de pronto, ya estaba en la cocina. Abrí la heladera y tomé el agua (Glaciar, baja en sodio). Luego vertí exactamente 120 mililitros en la pequeña mamadera de plástico. La llevé al microondas y programé el equipo para que la calentara durante tan solo treinta segundos.
Treinta segundos son muy poco tiempo, y sin embargo el tiempo muerto entre tarea y tarea me invitó a la reflexión. Pensé en que era muy conveniente vivir en este milenio, y disponer de electrodomésticos como el microondas, que facilitan la vida. Mi madre me calentaba la leche al fuego, y seguramente debía dedicar muchos más minutos de su día a la simple tarea de darme de comer… ¿o acaso mi madre tenía microondas, y era mi abuela la desdichada que no podía disfrutar de esta ayuda doméstica?
El aire estaba extraño. Caí en un profundo ensimismamiento, y pronto sentí que ya no podría salir de él. Me sentí más pesada. Sentía como si mi cuerpo se transformara en plomo. Sentía que mi mente era liviana y se elevaba, mientras que mi cuerpo se hundía en la pesadez de una mañana diferente. Treinta segundos son muy poco tiempo, pero esa mañana duraron una eternidad.
De pronto, el bip bip biiiiiip del microondas me despertó rápidamente y supe que era hora de completar mi tarea. Extraje la mamadera con agua y la posicioné junto a la lata de leche maternizada. Abrí el plateado producto y, en su tapa azul, encontré la cucharita que servía, además, como medida. Está siempre en la tapa; quienes elaboran el producto lo pensaron así, para que no se pierda. Una cucharada, dos cucharadas, tres y cuatro. Una por cada 30 mililitros de agua. Luego tapé la mamadera con su correspondiente tapa rosca y, con una mano, comencé a batir.
Usualmente, cuando uno bate polvo dentro de un medio líquido, este se mezcla fácilmente. Cada partícula de leche debía mezclarse con el agua. El agua debía volverse más espesa y adquirir un color claro. En breves instantes, el producto debía estar terminado. Pero ese día había algo en el ambiente, algo extraño… la leche en polvo seguía perfectamente separada del agua, como una isla en medio del océano.
Al comienzo batí la mamadera como siempre, sin prestar atención. Pero al no obtener el resultado deseado, comencé a desesperarme. Tomé el objeto plástico que tanto conocía con ambas manos y lo sacudí frenéticamente. Mientras estaba en movimiento, podía ver cómo el polvo se esparcía dentro del agua, pero sin llegar a mezclarse. Y al dejar la mamadera en reposo podía verla nuevamente: la isla de leche.
Desde la otra habitación me llegaba el llanto estridente de mi pequeña, que esperaba su comida ansiosa. Sus gritos no colaboraron con mis nervios y en la desesperación probé algo diferente. Abrí la tapa de la mamadera y comencé a revolver el contenido con una cuchara. El montículo de leche se deshizo en partículas danzantes que ocuparon todo el espacio. Me apuré a poner la tapa y cerrar la mamadera. Pero al quedar el líquido en reposo, me di cuenta de que no había triunfado.
Pronto regrese al living, donde mi niña me esperaba hambrienta. Todavía tenía la inútil mamadera sujeta entre mis dos manos, y todavía la agitaba sin darme por vencida. En la tele había reaparecido el hombre que, en el noticiero de la mañana, informa sobre el tiempo. Esa tarde no llovería, pero yo ya no pude saberlo porque ya no pude escuchar el informe. Todos mis sentidos estabas concentrados en un único objetivo. En un acto de exasperación, sacudí la mamadera mientras saltaba y agitaba mis brazos; todo a la vez.
De pronto, como si desde dentro se ejerciera una presión incontenible, la mamadera se escapó de mis manos, se elevó en el aire y explotó en pedacitos. Mi living se vio transformado en una isla de leche. 

INTERVENCIONES DE LO SOBRENATURAL: PRIMER EJEMPLO

Hasta ahora estuvimos trabajando sobre distintas intervenciones de lo sobrenatural, pero desde nuestra escritura. Por eso, ahora vamos a leer un ejemplo de un escritor argentino: Julio Cortázar.

No se culpe a nadie, Julio Cortázar

El frío complica siempre las cosas, en verano se está tan cerca del mundo, tan piel contra piel, pero ahora a las seis y media su mujer lo espera en una tienda para elegir un regalo de casamiento, ya es tarde y se da cuenta de que hace fresco, hay que ponerse el pulóver azul, cualquier cosa que vaya bien con el traje gris, el otoño es un ponerse y sacarse pulóveres, irse encerrando, alejando. Sin ganas silba un tango mientras se aparta de la ventana abierta, busca el pulóver en el armario y empieza a ponérselo delante del espejo. No es fácil, a lo mejor por culpa de la camisa que se adhiere a la lana del pulóver, pero le cuesta hacer pasar el brazo, poco a poco va avanzando la mano hasta que al fin asoma un dedo fuera del puño de lana azul, pero a la luz del atardecer el dedo tiene un aire como de arrugado y metido para adentro, con una uña negra terminada en punta. De un tirón se arranca la manga del pulóver y se mira la mano como si no fuese suya, pero ahora que está fuera del pulóver se ve que es su mano de siempre y él la deja caer al extremo del brazo flojo y se le ocurre que lo mejor será meter el otro brazo en la otra manga a ver si así resulta más sencillo. Parecería que no lo es porque apenas la lana del pulóver se ha pegado otra vez a la tela de la camisa, la falta de costumbre de empezar por la otra manga dificulta todavía más la operación, y aunque se ha puesto a silbar de nuevo para distraerse siente que la mano avanza apenas y que sin alguna maniobra complementaria no conseguirá hacerla llegar nunca a la salida. Mejor todo al mismo tiempo, agachar la cabeza para calzarla a la altura del cuello del pulóver a la vez que mete el brazo libre en la otra manga enderezándola y tirando simultáneamente con los dos brazos y el cuello. En la repentina penumbra azul que lo envuelve parece absurdo seguir silbando, empieza a sentir como un calor en la cara aunque parte de la cabeza ya debería estar afuera, pero la frente y toda la cara siguen cubiertas y las manos andan apenas por la mitad de las mangas, por más que tira nada sale afuera y ahora se le ocurre pensar que a lo mejor se ha equivocado en esa especie de cólera irónica con que reanudó la tarea, y que ha hecho la tontería de meter la cabeza en una de las mangas y una mano en el cuello del pulóver. Si fuese así su mano tendría que salir fácilmente, pero aunque tira con todas sus fuerzas no logra hacer avanzar ninguna de las dos manos aunque en cambio parecería que la cabeza está a punto de abrirse paso porque la lana azul le aprieta ahora con una fuerza casi irritante la nariz y la boca, lo sofoca más de lo que hubiera podido imaginarse, obligándolo a respirar profundamente mientras la lana se va humedeciendo contra la boca, probablemente desteñirá y le manchará la cara de azul. Por suerte en ese mismo momento su mano derecha asoma al aire, al frío de afuera, por lo menos ya hay una afuera aunque la otra siga apresada en la manga, quizá era cierto que su mano derecha estaba metida en el cuello del pulóver, por eso lo que él creía el cuello le está apretando de esa manera la cara, sofocándolo cada vez más, y en cambio la mano ha podido salir fácilmente. De todos modos y para estar seguro lo único que puede hacer es seguir abriéndose paso, respirando a fondo y dejando escapar el aire poco a poco, aunque sea absurdo porque nada le impide respirar perfectamente salvo que el aire que traga está mezclado con pelusas de lana del cuello o de la manga del pulóver, y además hay el gusto del pulóver, ese gusto azul de la lana que le debe estar manchando la cara ahora que la humedad del aliento se mezcla cada vez más con la lana, y aunque no puede verlo porque si abre los ojos las pestañas tropiezan dolorosamente con la lana, está seguro de que el azul le va envolviendo la boca mojada, los agujeros de la nariz, le gana las mejillas, y todo eso lo va llenando de ansiedad y quisiera terminar de ponerse de una vez el pulóver sin contar que debe ser tarde y su mujer estará impacientándose en la puerta de la tienda. Se dice que lo más sensato es concentrar la atención en su mano derecha, porque esa mano por fuera del pulóver está en contacto con el aire frío de la habitación, es como un anuncio de que ya falta poco y además puede ayudarlo, ir subiendo por la espalda hasta aferrar el borde inferior del pulóver con ese movimiento clásico que ayuda a ponerse cualquier pulóver tirando enérgicamente hacia abajo. Lo malo es que aunque la mano palpa la espalda buscando el borde de lana, parecería que el pulóver ha quedado completamente arrollado cerca del cuello y lo único que encuentra la mano es la camisa cada vez más arrugada y hasta salida en parte del pantalón, y de poco sirve traer la mano y querer tirar de la delantera del pulóver porque sobre el pecho no se siente más que la camisa, el pulóver debe haber pasado apenas por los hombros y estará ahí arrollado y tenso como si él tuviera los hombros demasiado anchos para ese pulóver, lo que en definitiva prueba que realmente se ha equivocado y ha metido una mano en el cuello y la otra en una manga, con lo cual la distancia que va del cuello a una de las mangas es exactamente la mitad de la que va de una manga a otra, y eso explica que él tenga la cabeza un poco ladeada a la izquierda, del lado donde la mano sigue prisionera en la manga, si es la manga, y que en cambio su mano derecha que ya está afuera se mueva con toda libertad en el aire aunque no consiga hacer bajar el pulóver que sigue como arrollado en lo alto de su cuerpo. Irónicamente se le ocurre que si hubiera una silla cerca podría descansar y respirar mejor hasta ponerse del todo el pulóver, pero ha perdido la orientación después de haber girado tantas veces con esa especie de gimnasia eufórica que inicia siempre la colocación de una prenda de ropa y que tiene algo de paso de baile disimulado, que nadie puede reprochar porque responde a una finalidad utilitaria y no a culpables tendencias coreográficas. En el fondo la verdadera solución sería sacarse el pulóver puesto que no ha podido ponérselo, y comprobar la entrada correcta de cada mano en las mangas y de la cabeza en el cuello, pero la mano derecha desordenadamente sigue yendo y viniendo como si ya fuera ridículo renunciar a esa altura de las cosas, y en algún momento hasta obedece y sube a la altura de la cabeza y tira hacia arriba sin que él comprenda a tiempo que el pulóver se le ha pegado en la cara con esa gomosidad húmeda del aliento mezclado con el azul de la lana, y cuando la mano tira hacia arriba es un dolor como si le desgarraran las orejas y quisieran arrancarle las pestañas. Entonces más despacio, entonces hay que utilizar la mano metida en la manga izquierda, si es la manga y no el cuello, y para eso con la mano derecha ayudar a la mano izquierda para que pueda avanzar por la manga o retroceder y zafarse, aunque es casi imposible coordinar los movimientos de las dos manos, como si la mano izquierda fuese una rata metida en una jaula y desde afuera otra rata quisiera ayudarla a escaparse, a menos que en vez de ayudarla la esté mordiendo porque de golpe le duele la mano prisionera y a la vez la otra mano se hinca con todas sus fuerzas en eso que debe ser su mano y que le duele, le duele a tal punto que renuncia a quitarse el pulóver, prefiere intentar un último esfuerzo para sacar la cabeza fuera del cuello y la rata izquierda fuera de la jaula y lo intenta luchando con todo el cuerpo, echándose hacia adelante y hacia atrás, girando en medio de la habitación, si es que está en el medio porque ahora alcanza a pensar que la ventana ha quedado abierta y que es peligroso seguir girando a ciegas, prefiere detenerse aunque su mano derecha siga yendo y viniendo sin ocuparse del pulóver, aunque su mano izquierda le duela cada vez más como si tuviera los dedos mordidos o quemados, y sin embargo esa mano le obedece, contrayendo poco a poco los dedos lacerados alcanza a aferrar a través de la manga el borde del pulóver arrollado en el hombro, tira hacia abajo casi sin fuerza, le duele demasiado y haría falta que la mano derecha ayudara en vez de trepar o bajar inútilmente por las piernas, en vez de pellizcarle el muslo como lo está haciendo, arañándolo y pellizcándolo a través de la ropa sin que pueda impedírselo porque toda su voluntad acaba en la mano izquierda, quizá ha caído de rodillas y se siente como colgado de la mano izquierda que tira una vez más del pulóver y de golpe es el frío en las cejas y en la frente, en los ojos, absurdamente no quiere abrir los ojos pero sabe que ha salido fuera, esa materia fría, esa delicia es el aire libre, y no quiere abrir los ojos y espera un segundo, dos segundos, se deja vivir en un tiempo frío y diferente, el tiempo de fuera del pulóver, está de rodillas y es hermoso estar así hasta que poco a poco agradecidamente entreabre los ojos libres de la baba azul de la lana de adentro, entreabre los ojos y ve las cinco uñas negras suspendidas apuntando a sus ojos, vibrando en el aire antes de saltar contra sus ojos, y tiene el tiempo de bajar los párpados y echarse atrás cubriéndose con la mano izquierda que es su mano, que es todo lo que le queda para que lo defienda desde dentro de la manga, para que tire hacia arriba el cuello del pulóver y la baba azul le envuelva otra vez la cara mientras se endereza para huir a otra parte, para llegar por fin a alguna parte sin mano y sin pulóver, donde solamente haya un aire fragoroso que lo envuelva y lo acompañe y lo acaricie y doce pisos.

 

Para analizar el cuento, responder:

1. ¿Cómo es el espacio en el que transcurre el texto? ¿Se trata de un espacio sobrenatural?

2. ¿cuál es el evento sobrenatural que irrumpe en el texto?

3. ¿Cómo actúa el personaje principal? ¿qué reacciones le genera el encuentro con lo sobrenatural?

4. ¿Qué reacciones genera en el lector la irrupción de un evento sobrenatural en este texto?

Luego, resolver la siguiente consigna:

Justificar la siguiente cita: «en el texto, lo esperable y cotidiano se vuelve inesperado y extraño».

INTERVENCIONES DE LO SOBRENATURAL: UNA INTRODUCCIÓN PRÁCTICA

Vamos a comenzar nuestro año con un ejercicio de escritura. A partir de este ejercicio vamos a plantearnos una pregunta que trataremos de resolver a lo largo de todo el trimestre…

¿Cómo interviene lo sobrenatural en la literatura?

Consigna de trabajo:

  1. Escribir un relato en el que se cuente algún episodio vivido durante las vacaciones. Puede tratarse de un episodio llamativo, digno de mención, o puede tratarse de un episodio cotidiano, de lo más ordinario. Lo importante es que se presente de manera narrativa. ¡Atención! Hay que tener en cuenta que no se está pidiendo que se relate lo que se hizo en las vacaciones. La idea no es presentar una crónica de viajes, ni un recuento de paseos. Tienen que elegir algún episodio concreto, y narrarlo.

 

Vamos a un ejemplo:

 

Era temprano. Serían las 9 de la mañana, no más tarde que eso. La niña tenía hambre, y por eso tuve que abandonar el cómodo sillón en el que me había acomodado a mirar el noticiero. Una noticia sobre el clima quedó por la mitad, y yo ya no pude saber si aquel día llovería hacia el final de la tarde.

Me levanté despacio, porque estaba de vacaciones y podía perder el tiempo. Pero los bramidos de la pequeña aceleraron mi ritmo y, de pronto, ya estaba en la cocina. Abrí la heladera y tomé el agua (Glaciar, baja en sodio). Luego vertí exactamente 120 mililitros en la pequeña mamadera de plástico. La llevé al microondas y programé el equipo para que la calentara durante tan solo treinta segundos.

Treinta segundos son muy poco tiempo, y sin embargo el tiempo muerto entre tarea y tarea me invitó a la reflexión. Pensé en que era muy conveniente vivir en este milenio, y disponer de electrodomésticos como el microondas, que facilitan la vida. Mi madre me calentaba la leche al fuego, y seguramente debía dedicar muchos más minutos de su día a la simple tarea de darme de comer… ¿o acaso mi madre tenía microondas, y era mi abuela la desdichada que no podía disfrutar de esta ayuda doméstica?

El bip bip biiiiiip del microondas me sacó del ensimismamiento en el que había caído rápidamente y supe que era hora de completar mi tarea. Extraje la mamadera con agua y la posicioné junto a la lata de leche maternizada. Abrí el plateado producto y, en su tapa azul, encontré la cucharita que servía, además, como medida. Está siempre en la tapa; quienes elaboran el producto lo pensaron así, para que no se pierda. Una cucharada, dos cucharadas, tres y cuatro. Una por cada 30 mililitros de agua. Luego tapé la mamadera con su correspondiente tapa rosca y, con una mano, la batí.

Las partículas de la leche en polvo se fueron mezclando con el agua, una por una. Una por una, es verdad, pero tan rápidamente que en pocos instantes la leche estaba lista.

Pronto regrese al living, donde mi niña me esperaba ansiosa. En la tele había reaparecido el hombre que, en el noticiero de la mañana, informa sobre el tiempo. Esa tarde no llovería.

 

  1. La segunda parte de la consigna consiste en pensar un evento sobrenatural que pueda intervenir en el relato.

¿Cómo? De la manera que se les ocurra ¿Qué elemento? Sean creativos.

Es posible que tengan la mente en blanco, es posible que después de las vacaciones sientan que no se acuerdan cómo hacían para resolver las consignas de clase tan rápidamente. Es posible que añoren la tranquilidad de enero…

En ese caso, les propongo una solución. Cambien su relato con el de un compañero, lean el relato amigo, y luego discutan entre los dos qué evento sobrenatural podría intervenir en cada caso. Luego del intercambio de ideas, vuelvan cada uno a su trabajo y escriban… esta parte es individual.

 

Acá va mi ejemplo:

PROBLEMAS DE VERANO

Era temprano. Serían las 9 de la mañana, no más tarde que eso. La niña tenía hambre, y por eso tuve que abandonar el cómodo sillón en el que me había acomodado a mirar el noticiero. Una noticia sobre el clima quedó por la mitad, y yo ya no pude saber si aquel día llovería hacia el final de la tarde.
Me levanté despacio, porque estaba de vacaciones y podía perder el tiempo. Pero los bramidos de la pequeña aceleraron mi ritmo y, de pronto, ya estaba en la cocina. Abrí la heladera y tomé el agua (Glaciar, baja en sodio). Luego vertí exactamente 120 mililitros en la pequeña mamadera de plástico. La llevé al microondas y programé el equipo para que la calentara durante tan solo treinta segundos.
Treinta segundos son muy poco tiempo, y sin embargo el tiempo muerto entre tarea y tarea me invitó a la reflexión. Pensé en que era muy conveniente vivir en este milenio, y disponer de electrodomésticos como el microondas, que facilitan la vida. Mi madre me calentaba la leche al fuego, y seguramente debía dedicar muchos más minutos de su día a la simple tarea de darme de comer… ¿o acaso mi madre tenía microondas, y era mi abuela la desdichada que no podía disfrutar de esta ayuda doméstica?
El aire estaba extraño. Caí en un profundo ensimismamiento, y pronto sentí que ya no podría salir de él. Me sentí más pesada. Sentía como si mi cuerpo se transformara en plomo. Sentía que mi mente era liviana y se elevaba, mientras que mi cuerpo se hundía en la pesadez de una mañana diferente. Treinta segundos son muy poco tiempo, pero esa mañana duraron una eternidad.
De pronto, el bip bip biiiiiip del microondas me despertó rápidamente y supe que era hora de completar mi tarea. Extraje la mamadera con agua y la posicioné junto a la lata de leche maternizada. Abrí el plateado producto y, en su tapa azul, encontré la cucharita que servía, además, como medida. Está siempre en la tapa; quienes elaboran el producto lo pensaron así, para que no se pierda. Una cucharada, dos cucharadas, tres y cuatro. Una por cada 30 mililitros de agua. Luego tapé la mamadera con su correspondiente tapa rosca y, con una mano, comencé a batir.
Usualmente, cuando uno bate polvo dentro de un medio líquido, este se mezcla fácilmente. Cada partícula de leche debía mezclarse con el agua. El agua debía volverse más espesa y adquirir un color claro. En breves instantes, el producto debía estar terminado. Pero ese día había algo en el ambiente, algo extraño… la leche en polvo seguía perfectamente separada del agua, como una isla en medio del océano.
 
Al comienzo batí la mamadera como siempre, sin prestar atención. Pero al no obtener el resultado deseado, comencé a desesperarme. Tomé el objeto plástico que tanto conocía con ambas manos y lo sacudí frenéticamente. Mientras estaba en movimiento, podía ver cómo el polvo se esparcía dentro del agua, pero sin llegar a mezclarse. Y al dejar la mamadera en reposo podía verla nuevamente: la isla de leche.
 
Desde la otra habitación me llegaba el llanto estridente de mi pequeña, que esperaba su comida ansiosa. Sus gritos no colaboraron con mis nervios y en la desesperación probé algo diferente. Abrí la tapa de la mamadera y comencé a revolver el contenido con una cuchara. El montículo de leche se deshizo en partículas danzantes que ocuparon todo el espacio. Me apuré a poner la tapa y cerrar la mamadera. Pero al quedar el líquido en reposo, me di cuenta de que no había triunfado.
 
Pronto regrese al living, donde mi niña me esperaba hambrienta. Todavía tenía la inútil mamadera sujeta entre mis dos manos, y todavía la agitaba sin darme por vencida. En la tele había reaparecido el hombre que, en el noticiero de la mañana, informa sobre el tiempo. Esa tarde no llovería, pero yo ya no pude saberlo porque ya no pude escuchar el informe. Todos mis sentidos estabas concentrados en un único objetivo. En un acto de exasperación, sacudí la mamadera mientras saltaba y agitaba mis brazos; todo a la vez.
De pronto, como si desde dentro se ejerciera una presión incontenible, la mamadera se escapó de mis manos, se elevó en el aire y explotó en pedacitos. Mi living se vio transformado en una isla de leche. 

Bienvenidos a LENGUA Y LITERATURA 2019 – Segundo año

¡Hola chicos! Anoten este link, tengan en cuenta esta entrada. Los va a acompañar todo el año.

En esta entrada vamos a ir contando y anotando todo lo que estudiaremos a lo largo del curso. Ustedes podrán volver a esta entrada para recordar los temas que estudiamos, y para pensar cómo se relacionan unos con otros. Nos va a servir como un programa de la materia, pero hipervinculado. A partir de esta entrada vamos a organizar todo el material que podrán encontrar en el blog.

Empecemos…

 

PRIMER TRIMESTRE: INTERVENCIONES DE LO SOBRENATURAL

Materiales para el primer trimestre:

  • Libro Las doradas manzanas del sol, de Ray Bradbury. Tienen que conseguir este libro en cualquier edición. La mía es de editorial Minotauro (traducción de Francisco Abelenda). No es necesario que consigan la misma, pero lo recomiendo. Esta es la tapa:
  • Entradas en el blog.
  • Carpeta (no pueden usar cuaderno, tienen que usar carpeta). Es importante que esté siempre completa.
  • Un dispositivo electrónico. Lo vamos a usar en algunas clases, no en todas.

Temas a trabajar:

  • Intervenciones de lo sobrenatural en la literatura: introducción.

Lecturas: «No se culpe a nadie», Julio Cortázar

INTERVENCIONES DE LO SOBRENATURAL: UNA INTRODUCCIÓN PRÁCTICA

INTERVENCIONES DE LO SOBRENATURAL: PRIMER EJEMPLO

 

  • La literatura fantástica. Definición. Características del género y elementos propios. Nociones de Todorov.

Lecturas: «La sirena», «Hola y adiós», en: Las doradas manzanas del sol, Ray Bradbury. VER ACTIVIDADES EN LA CARPETA.

Intervenciones de lo sobrenatural: el relato fantástico

 

  • El cuento maravilloso. Definición. Características del género y elementos propios. Historia del género (del cuento popular al cuento infantil).

Lecturas: «La bruja de abril», «El niño invisible», en: Las doradas manzanas del sol, Ray Bradbury. VER ACTIVIDADES EN LA CARPETA.

Intervenciones de lo sobrenatural: el cuento maravilloso

 

  • La ciencia ficción. Definición. Características del género y elementos propios. Visiones del futuro: utopía, distopía, ucronía.

Lecturas: «El ruido del trueno», «El peatón», «Las doradas manzanas del sol», en: Las doradas manzanas del sol, Ray Bradbury. VER ACTIVIDADES EN LA CARPETA.

Intervenciones de lo sobrenatural: la ciencia ficción

 

  • Comprensión lectora. Otros cuentos de Ray Bradbury como «La fruta en el fondo del tazón».

 

  • Sintaxis: el sujeto y sus modificadores. El predicado y sus modificadores. El predicativo subjetivo obligatorio y el predicativo subjetivo no obligatorio. La oración simple y la oración compuesta. VER EXPLICACIÓN Y ACTIVIDADES EN LA CARPETA.

 

  • Clases de palabras: las preposiciones.

Un tema que pensamos que sabemos…

 

SEGUNDO TRIMESTRE: INTERTEXTUALIDAD EN EL RELATO POLICIAL ARGENTINO

Materiales para el segundo trimestre:

  • Libro La traducción, de Pablo de Santis. Tienen que conseguir este libro en cualquier edición (el idioma original del texto es el español, porque el autor es argentino). Mi libro es de la editorial booket y acá tienen una imagen de la tapa:                 
  • Entradas en el blog.
  • Carpeta (no pueden usar cuaderno, tienen que usar carpeta). Es importante que esté siempre completa.
  • Un dispositivo electrónico. Lo vamos a usar en algunas clases, no en todas.

Temas a trabajar:

  • El relato policial: introducción al género policial. El campo semántico.

Lecturas: «Las aventuras de Johnnie Waverly, de Agatha Christie.

El relato policial

  • El relato policial: información sobre el género. Tipos de relatos de género policial (el policial clásico y el policial negro).

Un poco de información sobre el género policial

  • Sintaxis. La oración unimembre. VER EXPLICACIÓN Y ACTIVIDADES EN LA CARPETA.

 

MÁS ADELANTE NOS OCUPAREMOS DEL TERCER TRIMESTRE.

Trabajo práctico opcional

Elegir una de las siguientes consignas de escritura creativa:

A. Escribir un cuento en el que se relaten los eventos de la primera parte de Los días del venado; desde la llegada de Cucub a Los Confines hasta su partida junto con Dulkancellin. El narrador debe ser interno protagonista, y debe adoptar la voz y el punto de vista de Kume.

B. Escribir un cuento en el que se relaten los eventos de la primera parte de Los días del venado; desde la visita de la familia al Valle de los Antepasados (considerar el evento de la pluma de oropéndola) hasta que Cucub les informa que Dulkancellin tendría que partir. El narrador debe ser interno protagonista, y debe adoptar la voz y el punto de vista de Thungur.

 

Las formas del discurso

¿Qué son las formas del discurso?

De acuerdo con nuestra intención comunicativa, el mensaje que deseamos transmitir en un texto puede adoptar distintos modos de organización interna. Estas son las formas del
discurso:

  • Narración: se relatan hechos reales o ficticios, protagonizados por personajes y dispuestos
    en un tiempo y un espacio.
  • Descripción: se presentan las características de seres, objetos, lugares y fenómenos reales o
    ficticios para que el destinatario pueda imaginarlos.
  • Diálogo: se intercambia información entre dos o más interlocutores que alternan el turno de habla.
  • Exposición: se explican ordenadamente ideas o conceptos complejos con la intención de que el destinatario aumente su conocimiento sobre el tema.
  • Argumentación: se expresa y fundamenta una opinión intentando convencer al destinatario.

Estudiaremos especialmente la narración y la descripción:

Las formas del discurso

Temas para el primer trimestral de Lengua y Literatura

 

Lecturas:

La Odisea

La tela de Aracne

Teseo y el Minotauro

La gran aventura de Belerofonte y Pegaso

Teoría Literaria:

– el concepto de «héroe»

– el héroe mitológico

– el relato mitológico

– la cultura clásica

Gramática y sintaxis:

– Las preposiciones

– El sujeto: sujeto expreso simple/ sujeto expreso compuesto/ sujeto tácito.

– Modificadores del sujeto (md/mi/ap)

– El predicado: predicado verbal simple/ predicado verbal compuesto

– Modificadores del predicado (od/ oi/ ccirc/ circ/ pso / ps no obligatorio)

– La oración simple y la oración compuesta